El proyecto explora la intersección entre la temporalidad y la conexión humana, contrastando la intemporalidad y la serenidad de los paisajes naturales con la nostalgia de los retratos antiguos.

Estos elementos se entrelazan con fragmentos de comunicación digital moderna, representando cómo las experiencias humanas y las relaciones han evolucionado a lo largo del tiempo.

El collage resulta en una reflexión visual sobre la permanencia y el cambio en la experiencia humana, mostrando cómo el diálogo entre el pasado y el presente continúa formando nuestras percepciones y relaciones en un mundo en constante transformación.